sábado, 13 de junio de 2015

Inmaculado Corazón de María

Memoria obligatoria del Inmaculado Corazón de María (13 de Junio 2015).
Como a la sombra de la solemnidad del Corazón de Jesús, la Iglesia coloca el recuerdo (la memoria obligatoria) del Corazón inmaculado de María. Sí, realmente, es obligado recordar y contemplar el Corazón de María tras haber considerado el significado del Corazón de Jesús. Porque, si el Verbo se hizo carne, y recibió así un corazón de carne, María es la carne del Verbo, aquella de la que el Verbo del Eterno Padre tomó su carne mortal. También del Corazón de María tenemos los cristianos mucho que aprender. Del Corazón manso y humilde de Jesús recibimos la revelación de la sabiduría del amor. Del Corazón de María aprendemos a aceptar y asimilar esa sabiduría. Porque ese aprendizaje no es cosa fácil. No todo está claro desde el principio. No nos creamos tan listos: no todo lo entendemos de una vez y a la primera. La sabiduría del amor va al centro de nuestro ser, a sus estratos más profundos, y esto exige un proceso que no está exento de dificultades, de incertezas y de angustias.

sábado, 23 de mayo de 2015

Pentecostés. Ven Espíritu de Amor.

Este Domingo, en el día de Pentecostés se realiza el cumplimiento de la promesa que Cristo había hecho a los Apóstoles. En la tarde del día de Pascua sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20,22). La venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés renueva y lleva a plenitud ese don de un modo solemne y con manifestaciones externas. Así culmina el misterio pascual.

domingo, 17 de mayo de 2015

Ascensión del Señor

Luego que el Señor Jesús se apareció a sus discípulos fue elevado al cielo. Este acontecimiento marca la transición entre la gloria de Cristo resucitado y la de Cristo exaltado a la derecha del Padre. Marca también la posibilidad de que la humanidad entre al Reino de Dios como tantas veces lo anunció Jesús. De esta forma, la ascensión del Señor se integra en el Misterio de la Encarnación, que es su momento conclusivo.

domingo, 12 de abril de 2015

Domingo de la Divina Misericordia

Hoy es el Domingo de la Divina Misericordia.

En 2002 la Iglesia hizo oficial la promesa de Cristo
de perdón total de las culpas y de las penas:
"Que ningún alma tema acercarse a mí,
aunque sus pecados sean como escarlata",
dijo el Señor en una promesa que hizo a
Santa Faustina Kowalska.

En el segundo domingo de Pascua, como hoy,
se concede indulgencia plenaria a aquellos
que confiesen, comulguen y hagan una
oración por las intenciones del Sumo Pontífice;
o bien rece ante el Santísimo en la Eucaristía
o conservado en el Sagrario, el Padrenuestro,
el Credo y una invocación al Señor Jesús
misericordioso.

Padrenuestro:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu Reino,
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal. Amén.

Credo:
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurección de la carne y la vida eterna. Amén.

Invocación:
"Jesús, Misericordioso, confío en Ti"

sábado, 4 de abril de 2015

Acompañar a Maria

Hoy es el día para acompañar a María, la madre. La tenemos que acompañar para poder entender un poco el significado de este sepulcro que velamos. Ella, que con ternura y amor guardaba en su corazón de madre los misterios que no acababa de entender de aquel Hijo que era el Salvador de los hombres, está triste y dolida: «Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron» (Jn 1,11). Es también la tristeza de la otra madre, la Santa Iglesia, que se duele por el rechazo de tantos hombres y mujeres que no han acogido a Aquel que para ellos era la Luz y la Vida.

martes, 31 de marzo de 2015

En Jesús hay Salvación



 Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15.17

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. R/.

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R/.

Mi boca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R/.