El tiempo de Pascua, es el tiempo de la alegría. La Resurrección de Jesús ilumina el ser de nuestra vida cristiana.
Las manos de María, acogieron en el pesebre, a un Jesús que -siendo Niño- tenía la grandeza del mismo Dios.
Las manos de María, sostuvieron al pie de la cruz, a un Jesús que siendo fuerte se hizo débil por salvarnos.
El mes de mayo, ayudados por las MANOS DE MARIA, son días para abrir las nuestras y acoger el fruto de la Pascua: ¡Ha resucitado!
Las MANOS DE MARIA supieron acoger, acunar, cuidar, alimentar y -en los momentos de prueba- sostener el cuerpo de Jesús.
Hoy, además, con las manos de María, tenemos un recuerdo especial por los que trabajan. Por aquellos que saben ofrecer su esfuerzo y su tesón por completar y perfeccionar la creación de Dios.
¿Acogemos la Eucaristía con devoción y preparación?
¿Acunamos a los "nuevos cristos" que salen a nuestro encuentro?
¿Cuidamos la fe con una oración sólida, sistemática y convencida?
¿Alimentamos nuestro amor a Dios con nuestra confianza en El?
¿Ofrecemos el trabajo que realizamos para gloria de Dios y bien de las personas?
En este primer día de mayo, simbolizando el esfuerzo y el trabajo de los hombres y mujeres, acercamos hasta María, una paleta de construcción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario