viernes, 13 de mayo de 2011

Jesús me hace libre

En nuestra vida cotidiana hay muchos momentos de miedo.
Momentos en que sentimos que la boca se nos seca, que las piernas apenas nos sostienen. Por unos instantes , que pueden ser segundos, nos quedamos inmóviles , como si todas las células de nuestro cuerpo se petrificaran por una sola razón: “el miedo”

Creo que todos tenemos nuestros miedos y son más de los que imaginamos. Sin embargo cuando los conocemos, cuando tienen nombre, los podemos contener, administrar y buscar una salida al problema que los provocó.

Esto es lo que sentí anoche, cuando OBSERVÉ una expresión desconocida en el rostro de Ignacio, mi marido.

Algo sucedió en su cerebro, transitoriamente uno de sus ojos quedó fijo, sin movimiento, con una mirada endurecida en la que nada se podía leer o imaginar.

Fueron minutos que parecieron horas. Él posiblemente no lo advirtió, aunque sabía que algo le estaba sucediendo, porque cambió su humor y sus preguntas repetitivas versaban siempre sobre lo mismo.

Mientras lo escuchaba y le respondía,invadida por el miedo, en mi mente y en mi pensamiento sólo corría una jaculatoria: “Jesús en vos Confío”

Aunque todo pareció volver brevemente a la normalidad, comprobé que ese acontecer casi imperceptible, dejó huellas de su paso, que marcaron un nuevo deterioro en sus funciones neurológicas.

Dicen que es luchador, quien lucha consigo mismo.
Hoy estoy luchando por vencer el miedo. Miedo que vuelva a suceder… Estoy tratando en este momento de cerrar la puerta del miedo y recrear en mi corazón un bello Jardín .No sé si es el Jardín del Edén, pero me siento mejor ahí. El verdor de los árboles, el colorido de las flores, las matas amarillas por donde intento caminar y tocar, el murmullo del agua que desciende por una pequeña cascada, me tonifican, me fortalecen..

El agua parece tener el don de calmarme, de llevarme a través del tiempo, al abrigo del útero materno, mientras la mano de Dios me ofrece descanso, confianza y refugio seguro.

Lentamente voy dejando el Jardín florido, dando gracias y cantando:

“El que habita al abrigo de Dios, morará bajo sombras de Amor, sobre él no vendrá ningún mal y en sus alas feliz vivirá………….”

¡EL AMOR ECHA AFUERA EL TEMOR!
María Luisa
rosari

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